viernes, 23 de julio de 2010

LA CONJUNTIVITIS HEMORRAGICA AGUDA


Definición y cuadro clínico

La CHA es un padecimiento agudo, benigno y autolimitado, de inicio súbito, bilateral, caracterizado principalmente por dolor ocular intenso, fotofobia, visión borrosa, epífora, hiperemia conjuntival con hemorragias subconjuntivales de tamaño variable, y edema y quemosis palpebrales. El cuadro se presenta también con adenomegalias preauriculares y secreción serosa ocular que posteriormente se puede volver mucopurulenta en caso de infección bacteriana secundaria. Generalmente aparece precedida por un cuadro infeccioso de vías aéreas superiores (Síndrome Faringoconjuntival). No es frecuente que la CHA se acompañe de síntomas sistémicos incluyendo fiebre.

Tratamiento


La conjuntivitis por adenovirus o enterovirus es una enfermedad autolimitada y por lo tanto no requiere de tratamiento antiviral específico. Su manejo se debe limitar a medidas generales de apoyo como compresas frías y lágrimas artificiales con vasoconstrictores. Los antibióticos no son efectivos en el tratamiento de esta enfermedad excepto cuando se diagnostica una infección bacteriana sobreagregada. En cualquier caso, la indicación debe ser dada por un médico. Tampoco se ha demostrado la efectividad de algún antiviral por lo que su uso no está recomendado. El uso de interferón tópico ha mostrado ser efectivo en la interrupción de la diseminación de la CHA durante las epidemias cuando se utiliza a razón de una gota diaria en cada ojo durante 12 días (mientras esté en riesgo de infección). Este tratamiento no es efectivo si la infección se encuentra ya en período de incubación. El uso de antiinflamatorios esteroideos está contraindicado debido a que se incrementa de manera importante la replicación viral lo que condiciona mayor riesgo de transmisión así como la prolongación del cuadro infeccioso. En casos en que el dolor ocular sea sumamente intenso se pueden utilizar antiinflamatorios no esteroideos tópicos tales como el piroxicam, con los que se ha observado disminución de las molestias y aceleración en la recuperación.

Diagnóstico

El diagnóstico debe ser clínico y basado en un alto grado de sospecha, particularmente en el curso de una epidemia. Existen múltiples métodos de detección y aislamiento del virus, en su mayoría complejos y costosos y por lo tanto limitados a laboratorios especializados. Es por ello que los médicos se deben basar en la detección clínica y en la medida de lo posible tomar muestras de secreción ocular para que estas puedan ser analizadas en el laboratorio, al menos a los casos primarios o índices en cuanto detecten la agregación de casos, o a los primeros casos que diagnostiquen cuando conozcan que este padecimiento ha aparecido en la comunidad. Medidas de Control Las técnicas de aislamiento de contacto son la clave para la prevención de brotes en instituciones y se debe procurar que sean seguidas de la manera mas estricta posible Particularmente cuando se trata de una epidemia, se debe poner énfasis en prevenir la diseminación de la infección, lo cual se logra mediante un cuidadoso lavado de manos así como una meticulosa limpieza y manejo de cualquier objeto que pueda entrar en contacto con secreciones oculares o respiratorias. Se debe considerar que los pacientes son contagiosos hasta que desaparezcan los síntomas totalmente.

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